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300 g de cebollas
100 g de manteca
1 cucharada gorda de harina
2 litros y cantidad necesaria de caldo de verduras
Sal y pimienta de molinillo, a gusto
1 pote (250 cc) de crema de leche
1 vaso (125 cc) de vino oporto
6 tajadas tostadas de pan lácteo gorditas (o pan de campo) Cantidad necesaria de manteca blanda
200 g de queso gruyere rallado grueso
Pele las cebollas y córtelas en rodajas finitas. Sepárelas en aros.
Derrita los 100 gramos de manteca en una sartén profunda y grande y rehogue en ella las cebollas, hasta que estén rubias
(sin dorar).
Espolvoréelas con la harina y siga mezclando sobre el fuego hasta que se forme un pasticcio color avellana (¡que no se
le queme!...).
Agregue en la sartén el caldo y mezcle enseguida con batidor de alambre para dispersar los grumos.
Deje hervir hasta que espese. Pruebe y rectifique -o no- el sazonamiento con sal y pimienta.
Retire del fuego y mézclele la crema de leche y el oporto.
Distribuya la sopa en cazuelitas. Apoye las cazuelitas sobre una placa para horno.
Enmanteque de un solo lado las tostadas y coloque una en cada cazuelita, con la parte enmantecada hacia arriba.
Cubra la capa enmantecada de cada tostada con abundante queso gruyere rallado.
Coloque la placa en horno caliente hasta que el queso de
las cazuelitas se gratine. ¡ Lleve volando a la mesa!
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