60 g de mantequilla
1/2 taza de agua
1/2 taza de harina
2 huevos poco batidos
3/4 taza de puré de patata (225 g de patata)
1/4 cucharada de guindilla en polvo
aceite para freír
1/2 taza de queso parmesano rallado
Caliente el agua y la mantequilla en un cazo a fuego lento, sin que llegue a hervir, hasta que esta última se derrita.
Retírelo del fuego, añada la harina tamizada, toda a la vez.
Bata con una cucharada de madera hasta obtener una mezcla suave y después vuelva a ponerla al fuego.
Caliente la mezcla, sin parar de remover, hasta que espese y se desprenda de la vase y las paredes del cazo.
Retírela del fuego y deje que se enfríe un poco.
Pase la mezcla a un bol grande y añada los huevos de uno en uno, batiendo bien cada vez, hasta obtener una pasta brillante.
Con un cucharón, agregue el puré de patatas y la guindilla en polvo.
Caliente el aceite en un sartén honda e introduzca cucharaditas de la mezcla.
Fríalas a fuego medio 3 minutos o hasta que estén doradas y cocidas por dentro.
Escúrralas en papel absorbente y sírvalas con el queso.
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