Pelar 1 kg de cebollas y cortarlas en aros. Calentar 1 dl de aceite de oliva en una cazuela de barro y rehogar las cebollas
durante 5 minutos, dándoles vueltas.
Regar con 1 dl de vino blanco seco y 2 litros de caldo de ave desgrasado. Salpimentar. Tapar la cazuela y cocer a fuego
lento durante unos 30 o 35 minutos. Remover de vez en cuando con una cuchara de palo para que no se pegue.
Tostar 6 rebanadas de pan, de tamaño mediano, en el horno.
Aplastar 100 g de queso azul con ayuda de un tenedor.
Poner una rebanada de pan en cada taza, cubrir con la sopa de cebolla y repartir sobre ella el queso. Espolvorear con
2 cucharadas de perifollo picado y servir.
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