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INGREDIENTES:
1 lata de 200 g de paté de foie trufado
25 g de gelatina en polvo sin sabor
1/2 taza de agua fría
1/4 litro (1 taza tamaño desayuno) de caldo de verduras colado y caliente
25 cc. de coñac
50 cc. de jerez
50 cc. de marsala
100 g de crema de leche
Sal y pimienta, a gusto
Varios: 150 g de jamón cocido en tajadas (optativo)
Tamice el contenido de la lata de paté y colóquelo en un bol.
Reserve.
Remoje la gelatina en agua fría, deje que esponje y colóquela en un bol.
Únale el caldo caliente y mezcle hasta que la gelatina se disuelva.
Incorpore a la mezcla el paté, el coñac, el jerez y el marsala (¡no lo pruebe aún porque desistirá en el intento!).
Ponga el bol en la heladera hasta que esta especie de 'barro líquido' parezca... ¡barro sólido!
Retire el paté de la heladera y bátalo en la batidora hasta que esté bien cremoso.
Bata la crema de leche a medio punto (hasta que esté espesa como una salsa blanca espesa... ¡Bah!)y mézclesela al paté.
Sazone la mezcla a gusto.
Pruébela para controlar la sazón y, si todavía no le gusta demasiado, ¡ánimo! El tiempo todo lo arregla.
Vuelque el paté en un molde chico de budín inglés previamente humedecido con agua.
Alíselo bien.
Levante el molde y déjelo caer sobre la mesa para eliminar las burbujas de aire.
Estacione el molde en la heladera de un día para el otro (tiempo indispensable para estabilizar el sabor).
Pase el molde rápidamente por agua caliente y desmolde el paté sobre la fuente donde lo piense servir (si quiere, puede
forrar el molde con tajadas de jamón cocido antes de verter el paté).
Sirva el paté cortado en tajadas, con una ensaladilla verde y tostaditas.
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